- ¡Creo que voy a ser muy feliz aquí!
- ¿Sabes a que huele?
- ¡A cebolla!
- ¡oh vaya!!
- No está tan mal, nada que una mano de pintura y un misil nuclear no puedan arreglar, tengo mi máquina de escribir; ¡estoy en Londres todo ira bien!
- ¿Sabes a que huele?
- ¡A cebolla!
- ¡oh vaya!!
- No está tan mal, nada que una mano de pintura y un misil nuclear no puedan arreglar, tengo mi máquina de escribir; ¡estoy en Londres todo ira bien!
[...]
- Ella te hacía mejor.
- Y tú en cambio la hacías feliz.
- Y tú en cambio la hacías feliz.
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